En 1830 el ingles Charles Tanqueray se propuso tener un gin de calidad ya que la oferta que existía entregaba productos muy simples, con un sabor e ingledientes cuestionables que a su vez eran dañinos al beber.
Desde ese momento comienza el éxito de la marca: Mr. Tanqueray desarrolló un nuevo método de producción en el que introdujo un cuarto destilado, que obtenía como resultado un gin más puro y más suave, el mismo de hoy en día. Este innovador proceso sigue siendo el mismo hoy en día, 186 años después.
Pero no todo fue tan fácil… a mediados del siglo XX, en 1941 durante la Segunda Guerra Mundial, un bombardeo destruyó sus únicas instalaciones de producción, excepto por un único alambique de cobre con el que se hacían los destilados, el Old Tom.
¿Cómo trasladar en esa época sin parar la producción? Camino a Cameron Bridge, un pueblo ubicado en Escocia, se las ingeniaron para que la empresa no desapareciera y para esto incorporaron un dispositivo en el vagón de tren para que el Old Tom siguiera trabajando durante el viaje. Así fue como lo hicieron, y salvaron a una de las mejores ginebras del mundo de su extinción.
Finalmente… el último cambio fue en 1948, cuando la marca decide cambiar la botella transparente con la que se había comercializado su producto desde el comienzo por reconocida botella verde que continua hasta nuestros días, y nos recuerda su historia y fuerte tradición.