Desde sus orígenes en Borgoña hasta los viñedos chilenos, el Pinot Noir ofrece una experiencia única. Descubre su historia y las sugerencias de La Vinoteca para disfrutar al máximo este vino.
Durante el mes de agosto se celebra a la uva Pinot Noir, una fecha que los amantes del vino de todo el mundo recuerdan y festejan. Y es que esta cepa logra, año tras año, conquistar nuevos paladares y enólogos. Revisa a continuación su historia y algunos ejemplares recomendados por La Vinoteca.
Algo de historia
Se cree que la uva Pinot Noir es una de las más antiguas a nivel mundial, con registros que datan de la época medieval en Borgoña, Francia. En Chile, el Pinot Noir se cultiva en viñedos ubicados en valles como: Casablanca, Limarí, San Antonio, Leyda y en Paredones.
Cabe decir que los productores chilenos han adoptado métodos de vinificación para resaltar las características distintivas del Pinot Noir. En ese sentido, la fermentación en frío y el empleo de barricas de roble de alta calidad son prácticas comunes para potenciar la complejidad y la textura del vino.
Se recomienda servir a una temperatura de 9-11 grados durante el invierno y de 6-8 grados en verano.
La armonización sugerida va desde pescados, carnes blancas, quesos maduros, pasta blanda, charcutería, entre otros.
Las sugerencias de La Vinoteca.
Matetic EQ
Originario del Valle de San Antonio, este vino destaca por su color violeta intenso con matices rojos. Su aroma tiene notas a frutos negros y florales que recuerdan a las violetas, mezclados con especias como la pimienta, con toques de tierra húmeda y chocolate. En boca, su textura es concentrada, con un cuerpo firme, pero a la vez suave y elegante. Delicado, balanceado y de gran persistencia.
Tiene un potencial de guarda de seis a ocho años.
Morandé Vitis Única
Originario del Valle de Casablanca, se caracteriza por su color rojo rubí intenso, profundo y brillante. Su aroma destaca por ser de frambuesa, cerezas frescas y flores. En boca es intenso, frutal y floral, además de especiado. Posee un buen cuerpo, elegante, complejo y persistente.
Garcés Silva Amayna
Originario del Valle de Leyda, este vino destaca por su color rojo rubí brillante y por su aroma que posee notas a frutas rojas maduras, como guindas y frambuesas que, al abrirse en la copa, muestra aromas secundarios de avellanas tostadas, suaves notas de cedro y toques de pétalo de rosa seco. En boca se caracteriza por ser elegante, con taninos suaves que crean una estructura que se balancea bien a su fresca acidez. Su potencial de guarda es de seis a ocho años.
Casas del Bosque Gran Reserva
Desde el Valle de Casablanca, este vino destaca por su color rojo rubí intenso y por sus notas a frutos negros mezclados con notas a roble tostado. En boca tiene un cuerpo mediano a completo, estructurado pero balanceado, con elegantes taninos, además de un largo y limpio final. Su potencial de guarda es de cuatro años.
Requingua Toro de Piedra
Proveniente de Casablanca, destaca por su color rojo granate brillante. Por otro lado, su aroma es a frutilla madura, frutos negros y notas a vainilla dulce En boca aparecen sabores de cassis y carozos. Se siente la presencia de taninos fundidos y se percibe su envejecimiento en barricas. Tiene un potencial de guarda de cuatro años.
Koyle Costa
Originario de Paredones, este vino destaca por su color rojo cereza profundo y su aroma a notas de cereza negra, mora y especias. En boca es sedoso e intenso, con un fino equilibrio y un persistente retrogusto a cáscara de mandarina. Posee un potencial de guarda de 10 años.
Santa Ema Gran Reserva
Del Valle de Leyda, se caracteriza por su color rojo cereza profundo y su aroma a notas de cereza negra, mora y especias. En boca se siente sedoso e intenso, con un fino equilibrio y un persistente gusto a cáscara de mandarina. Su potencial de guarda es de 10 años.