Un día en el Parque Nacional Alerce Andino

Noviembre 7, 2018
Updated 2018/11/07 at 6:39 PM

Niebla, vegetación muy densa y lluvia son parte del escenario que el parque tiene para ofrecer a los turistas.

Mi segundo día en Puerto Varas me llevó hacia Puerto Montt y Cochamó específicamente al Parque Nacional Alerce Andino, parte de la reserva de la biosfera de bosques templados lluviosos  de los andes australes.

Desde que comienza ya una espesa vegetación indicándonos que estábamos cerca del parque, se nota una niebla en el sector, claramente la humedad se hace notar, y también baja la temperatura. Antes de entrar al sendero del trekking de aproximadamente 3 horas, pasamos a buscar mapa en la caseta de CONAF donde nos dan las instrucciones y horarios de visita. Aquí hay servicios sanitarios, además de la casa del guardaparque.

Dejamos el vehiculo atrás, el guía nos pasa capas de agua para poner sobre nuestras ropas como extra protección y nos explica un poco como será el tour, y de lo importante que es caminar calmo, firme y a paso repetitivo para no cansarse.

Bosque milenario

Comenzamos nuestra caminata escuchando lluvia copiosa al caer entre los árboles, pajaritos cantando entre medio de ellos, y el bosque siempre verde.  Vamos conociendo los alerces, coigue, lengas, canelos, musgos y hiedras.  Las aves que vamos escuchando en el camino son la mayoría huet huet, carpinteros negros y torcazas. Difíciles de ver, pero se escuchaban con eco entre la inmensa vegetación del lugar. Arboles gigantes que ya te cuentan historia de los años que tienen, te podías abrazar a ellos y asimilaban un  paraguas gigante. Nada como abrazar un árbol y sentir la vida a través de ellos fluir.

Luego de unas 2 horas de caminar hacemos nuestra primera parada para comer el box lunch que consiste en: sándwich, jugo, barra de cereal  y un trozo de chocolate. Súper necesario ya que estábamos a punto de llegar a nuestra parada: un alerce de aproximadamente unos 1.500 años y unos 75 metros de altura. Este árbol está rodeado por una especie de baranda de madera por lo que no alcanzamos a tocarlo, pero si admirarlo y tanta altura que no alcanzas a ver su copa.

Volvemos por el mismo sendero a la van para volver al hotel. El camino se hace más rápido al parecer, nos vamos alejando de este hermoso paisaje, de solo la música de aves y agua cayendo. Recomiendo mucho este tour, tanto la versión con lluvia como la versión con sol ya que ambos son completamente distintos. Llegamos a la casa del guardaparques  para abordar la van, y nos sorprende un zorrito bebe, que está llegando seguido a la caseta de Conaf (nos cuenta el guardaparques) que al parecer hay una familia de ellos cerca. Nos piden no tocarlo ni alimentarlo ya que esto solo hace daño a los animales. Volvemos a Puerto Varas por una ducha y comida caliente. día e

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