Visitamos Casa Santa Brasa

Ubicado en el barrio Alonso de Cordova de la región Metropolitana, esta nueva apuesta será un refugio para los amantes de la buena mesa.

Es probable que al empezar a leer esta reseña te imagines cortes de carne en su punto perfecto, y es que el nombre nos hace pensar desde ya parrillas, pero creeme, Casa Santa Brasa es mucho más que eso.

Primeros tiempos

Desde que empezamos a leer la carta nos damos cuenta que este será un viaje extenso. Parte de esto se debe a que su chef, Fabián Silva, se ha especializado en diferentes partes del mundo – en especial Asia – y se nota las influencias que han perfilado su carrera.

Y así fue como llegaron el tiradito, las ostras y el crudo – mi favorito, todos con una reinversión, donde no faltó el sabor ni los colores, entregando platos entretenidos y que de seguro van a cautivar a los más valientes como a los más cautos en la cocina.

Luego, avanzando en el menú, encontramos pasta y arroz, en platos generosos, con erizo y pato respectivamente. Platos elevados, que resaltan los sabores y que al lado de una buena copa de vino serán una invitación perfecta al viaje del restaurante.

Las carnes

Sin duda mi parte más esperada – sí, incluso que el postre – de la jornada. Y que forma de partir: entrañas, entrecot y lomo. Difícil decir cuál de los 3 estaba más sabroso. Todos en su punto – y si tienes dudas el personal del local te puede ir guiando y sugiriendo alternativas según gusto y tipo de corte – y con uno acompañamientos que están a la altura de los cortes premium que hay en la mesa.

Los trozos son muy generosos, y fácilmente se pueden compartir, más aún cuando decides que la guarnición sea por ejemplo unas siempre bienvenidas papas fritas o la pastelera de choclo al estilo creme brulé.

Ah, y como puedes ver en la foto de arriba, si tienes suerte puedes encontarte con una langosta de Juan Fernández, la cual se presenta completa y luego de troza en la mesa.

El brindis

Cuando fui a probar la carta estaba con una restricción que no me permitió beber alcohol, así que mi alternativa fueron los mocktails, los cuales no tienen nada que envidiar en sabor y presentación de los tragos ya que en su preparación se realizan almíbares realizados con reducciones de destilados y que en proceso pierden el alcohol, entregando la base y el dulzón, el cual se mezcla con té, espumante sin alcohol y una selección de jugos y bebidas para aportar espumas y sabores.

Los dulces

Como siempre un apartado especial para el momento dulce de la jornada, donde la tónica de Casa Santa Brasa se mantiene y podemos encontrar carbón, fruta fresca, helados, chocolate y diferentes texturas para cada uno de los platos.

Mi recomendación es que también le preguntes a los mozos del local por la disponibilidad de alternativas y que no dejes pasar los macarones junto a un buen café para finalizar la jornada.