Aunque es probable que la mayoría de las personas crea que la industria de la cerveza artesanal recién comienza, la verdad es que este es un camino que se inició formalmente en nuestro país hace más de veinte años, pero que solo en los últimos cinco, ha presentado un auge realmente notable. Quizás de ahí que la percepción de la gente sea la de un mercado naciente.
Según la Asociación de Productores de Cerveza de Chile (ACECHI) y sobre la base de la primera Encuesta Nacional de Percepción a Pequeños y Medianos Cerveceros, enfocada exclusivamente en productores de cervezas artesanales, el 63% de ellos produce esta bebida formalmente hace menos de cinco años y solo un 11% lleva más de una década desempeñándose en el rubro. Hoy, el segmento “Craft” que incluye a las cervezas hechas con el objetivo de realzar el sabor, representa el 2,6% del consumo a nivel nacional, en una tendencia impulsada por productores de menor y mayor escala, que se instalan paulatinamente en el mercado.
No obstante, a pesar de que las cifras muestran un desarrollo permanente y progresivo, la industria ha vivido una desaceleración notoria durante el último tiempo, lo cual plantea algunos desafíos que la industria debe asumir.
Uno de ellos guarda relación con promover la educación y fortalecimiento técnico en todas las etapas que integran la industria, desde los productores hasta bares y restaurantes, a través de conocimientos que permitan perfeccionar las preparaciones y llegar de mejor manera al consumidor. En ese contexto, contar con sommeliers de cervezas, expertos, con capacidad analítica y ojo crítico al momento de degustar una muestra, es fundamental.
De la misma forma es indispensable que la industria -que cuenta con las condiciones óptimas para que el mercado de la cerveza artesanal crezca, incluso por sobre países como Brasil y Argentina, donde la producción es mayor a pesar de no gozar con las características de Chile-, considere instancias de formación integral para quienes buscan adquirir conocimientos acabados que les permitan desempeñarse como sommelier de cervezas.
Asimismo, estas instancias deben estar impregnadas por el anhelo de formar y educar a las personas y además, de querer contribuir a la transformación de esta industria sobre la base de iniciativas robustas que les permitan a los interesados elaborar productos de calidad y rico sabor. No se trata de una tendencia, sino de una forma de ver la vida e interpretar el mundo de la cerveza, donde la teoría, tecnología, pasión y esfuerzo, se entrelazan para hacer una bebida con foco en el sabor, la calidad y pureza de las materias primas.
Es un camino lleno de retos en el cual todos los actores se deben involucrar para potenciar la industria y generar una cultura de aprendizaje en común, donde se potencie un mercado que debe aspirar a ser más robusto y a la vez, un ejemplo para otros países, sobre la base de una relación colaborativa que nos permita mejorar nuestras cervezas.
Daniel Trivelli, Director Grupo Cervezas de América